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Viaje a Eslovenia y Croacia 2014 - Crónica completa

Iniciado por Txarly, Noviembre 28, 2014, 07:03:45 PM

Txarly

Prólogo
Hola a todos, un saludo. Posteo poco en este foro, aunque suelo leeros bastante, y eso que empecé con mal pie, imagino que tendría un mal día. En fin, seamos positivos.
El caso es que leyendo el cronicón de Diver por Escocia me han dado ganas de compartir con vosotros nuestro viaje de este verano por Eslovenia y Croacia, y aunque el nivel está muuy alto, lo haré lo mejor que pueda.

Antes que digaís que vaya tirada de kilómetros, sabed que hemos hecho trampa, porque vivimos en Niza, y eso nos acerca un poco. En total fueron cosa de 3000 kms en 9 días, que tampoco está mal. Nuestro plan, salvo las "etapas enlace", suele ser de llegar a destino de etapa para comer y así tener la tarde libre para turistear. Las etapas de 1300 kms ya las hice en su día, pero con la edad te vuelves más sabio  :icon_cool:

Aquí os dejo la primera etapa del viaje, iré subiendo etapas a medida que pueda.
Saludos en V !!

Txarly

#1
Día 1: Niza - Verona (506 kms)
http://www.viamichelin.fr/web/Itineraires?strStartLocid=31NDI3NXcxMGNORE11TnpBek5ETT1jTnk0eU5qWXlOdz09&strDestLocid=31NDFveGUxMGNORFV1TkRNNE16UT1jTVRBdU9Ua3hOek09&strStep1Locid=31NDN1MGUxMGNORFF1TVRVd09UVT1jTnk0MU56QXlPUT09&intItineraryType=1&caravaneHidden=false&vh=CAR&strVehicle=0&itineraryCarType=0&itineraryFuelType=0&isFavoriseAutoroute=false&isAvoidPeage=false&isAvoidVignette=false&isAvoidLNR=false&isAvoidFrontiers=false&dtmDeparture=06%2F08%2F2014&distance=km&devise=1.0|EUR&indemnite=&carbCost=1.6&autoConso=6.8&villeConso=6&routeConso=5.6

Como dicen en el Tour, hoy toca etapa de transición, atravesando la llanura del Po. Además, entre montar las maletas y prepararlo todo, salimos bastante tarde, a ver a que hora llegamos...

Para no hacer todo autopista vamos a pasar por el túnel de Tende, una departamental (D6204) en bastante buen estado que serpentea entre gargantas de prealpes y hace que pases de Francia a Italia por Ventimiglia, luego otra vez a Francia y finalmente, cruzando el túnel, de vuelta a Italia.

El tiempo lleva unos días revuelto y chispea cuando atravesamos Breil-sur-Roya. Eternos optimistas, seguimos adelante sin parar a ponernos los monos de agua porque, aunque el suelo está mojado, apenas llueve. A la entrada del tunel, que está en obras de ampliación, nos toca esperar 20 minutos ya que sólo se circula en un sentido cada vez. Esperando bajo la ligera lluvia, tuvimos tiempo de hacernos amiguetes y charlar un rato con un muebleuvista alemán.


El amigo Klaus

El túnel es estrecho, mal iluminado, bacheado y frío. Es un alivio salir a la luz del lado italiano, aunque aquí el suelo también está mojado. Algún "genio" ha puesto unas juntas de dilatación metálicas en plena curva que, mojadas, hacen culear la moto. Susto y nota mental para cruzar las siguientes lo más vertical posible.

Dejamos atrás las estribaciones alpinas y la lluvia; el terreno se hace más llano y la ruta, más anodina. Por autovías y autopistas cruzamos Alba, Alessandria y Piacenza parando a comer unos bocatas que llevábamos preparados y, cómo no, a degustar un delicioso 'espresso'.

Llegando a Cremona cruzamos el impresionante río Po y vemos, a lo lejos, nubes de tormenta. Esta vez no nos pilla de improviso y algo antes de que nos alcance paramos en una gasolinera, nos enfundamos los "trajes de astronauta" y cambiamos los guantes de verano por unos con gore-tex. Las botas también llevan la bendita membrana, así que nada de cubrebotas. Mi única preocupación es el móvil-GPS, que va en un soporte en el manillar. Decido dejarlo puesto y meterlo al bolsillo si veo que se moja. Más tarde descubriría que mientras estemos en marcha, el carenado lo protege.

Poco antes de Brescia entramos en la cola de la tormenta; cae fuerte pero con los road 4 el comportamiento de la moto es excelente. Es de corta duración mas si no hubiésemos llevado el equipo estaríamos calados hasta los huesos. Se calma, y quedando poco a destino decidimos no parar. Al llegar al peaje de Verona, un grupo de harlistas franceses (también de Niza) ocupa dos de los carriles. Me pongo en una cola, pero aquello no se mueve y veo que cortan motores. Mosqueo. Hago lo mismo y me bajo a investigar, y entre lamentos y maldiciones me cuentan que llevan una semana recorriendo Croacia y que no ha dejado de llover. Trago saliva. El atasco se debe a que se les han mojado los tickets de autopista y, los muy lumbreras, los han metido en las maquinitas automáticas, que han hecho lo que cabía esperar: atascarse. Un empleado de la 'autostrada' bajito y rechoncho, ataviado con un chaleco fluorescente dos tallas más pequeño va de un lado a otro haciendo grandes aspavientos y soltando lo que supongo es una florida sarta de sonoros epítetos que mi limitada comprensión del italiano hace que no pueda apreciar en su total plenitud, pero que puedo perfectamente imaginar. Reculo remando, me pongo en otro carril y allí los dejamos.

El hotel (Ibis Verona) está en las afueras y es fácil de encontrar, aunque me lío con el GPS y tengo que hacer una pirula, yendo en contrasentido unos 100 mts para no entrar de nuevo en la autopista.
El hotel es muy Ibis: limpio, funcional y con lo indispensable, 59€ la habitación doble y 8,50€ cada desayuno.

Lo primero quitarse el traje de romano y darse una ducha; luego cenamos ligerito, unos pinchos de tortilla (gran clásico) que había preparado Pilar y enseguida a la cama. Ha sido un poco paliza y estamos mataillos.
Mañana ya entramos en Eslovenia !!

odeen

otro viaje de los que dan envidia !!! que guay ! espero leerlo con impaciencia, gracias por compartirlo

Nebari

Buena pinta tiene también el viaje.

Espero a que sea mañana para entrar en Eslovenia.  :victory:

titopulo

Venga venga,mas mas que quiero cojer notas,es el viaje que tengo en mente........

Mas fotos please y en pequeño

Gracias por compartir ese viaje con el Club,pero joer esta espera mata a uno :cabezazo:

kako74

Viajes chulos para hacer lo un buen grupo de gente programando lo con un aňito antes y cada uno aportar sus experiencias para realizar dicho viaje...

Diver

Aquí me tienes, dispuesto a disfrutar, Txarly. Esto promete.

Cita de: Titopulo en Noviembre 28, 2014, 10:26:06 PM
Venga venga,mas mas que quiero cojer notas,es el viaje que tengo en mente........

Yo hice ese viaje en el 2000, así que la información de Txarly está mucho más actualizada, dónde va a parar,  :icon_lol:, que seguro que han cambiado muchas cosas -cuando estuve yo no había aún euros-. Aún así, si algo puedo aportar, pregunta.





Txarly

¿Cómo hago para reducir el tamaño de las fotos? En otros foros se reducen solas, pero aquí no... antes, desde Picasa podías escoger tamaño, por con el zarrio de Google+ se ha perdido esa opción... ¿alguna sugerencia?

Diver

Cita de: Txarly en Diciembre 01, 2014, 11:18:36 AM
¿Cómo hago para reducir el tamaño de las fotos? En otros foros se reducen solas, pero aquí no... antes, desde Picasa podías escoger tamaño, por con el zarrio de Google+ se ha perdido esa opción... ¿alguna sugerencia?

Hazte una cuenta gratuita en imgur y allí las vas subiendo. Antes de copiar el enlace para pegarlo en el hilo, selecciona la opción "thumbnail grande". Después de hacerlo con la primera foto (en cada sesión) ya es la opción que se pone por defecto. Te quedan del tamaño que sale en el hilo de Escocia.

http://imgur.com/

Txarly

Gracias Diver. Ya he corregido la foto de Klaus, a ver si puedo avanzar un poco...

Txarly

Día 2: Verona - Bled (380 kms)
http://www.viamichelin.fr/web/Itineraires?strStartLocid=31NDFveGUxMGNORFV1TkRNNE16UT1jTVRBdU9Ua3hOek09&strDestLocid=31NDIxOTcxMGNORFl1TXpZMk5qaz1jTVRRdU1UQTROVEU9&intItineraryType=1&caravaneHidden=false&vh=CAR&strVehicle=0&itineraryCarType=0&itineraryFuelType=0&isFavoriseAutoroute=false&isAvoidPeage=false&isAvoidVignette=false&isAvoidLNR=false&isAvoidFrontiers=false&dtmDeparture=07%2F08%2F2014&distance=km&devise=1.0|EUR&indemnite=&carbCost=1.6&autoConso=6.8&villeConso=6&routeConso=5.6

Amanecemos temprano, el plan es llegar a destino para comer, dejar los bártulos en el hotel y turistear toda la tarde. El dia parece despejado y la previsión es de nubes y claros. El desyuno buffet es caro, pero muy bueno y variado. Además, al estar el hotel en las afueras, te ahorras el dar vueltas buscando donde desayunar y ganas tiempo. Bajamos al aparcamiento subterráneo, cargamos la moto y, la novedad del viaje, coloco la cámara "GoPro clónica china" (una SJ4000) en el manillar para grabar un poco de la ruta.

Tiramos hacia Pádova y Venecia y me llama la atención la cantidad de matrículas 'poco comunes' que se ven: austríacos, húngaros, eslovenos, croatas... es rarísimo ver placas francesas, y españolas ni te cuento. Me estuve documentando y sé que en Suiza, Austria y Eslovenia hace falta una 'vignette' para circular por las autopistas; en vez de pararte a pagar peajes, compras la 'vignette' y la pegas en la moto. Las hay desde todo el año hasta una semana, y pasado Venecia intento hacerme con una semanal, pero en la gasolinera están agotadas y lo único que consigo es conversar un rato con un grupo de customeros ucranianos.

El plan es entrar en Eslovenia por el noroeste, de modo que tiramos hacia el norte, en dirección de Udine y de Austria. Ya empiezan a asomar a lo lejos los alpes austríacos que, a medida que nos acercamos, se hacen más y más impresionantes. A la altura de Gemona paramos a repostar, pero aquí tampoco tienen la fockin' vignette. Hablando "itañol" el gasolinero me explica que tenemos que salir de la autopista en Tarvisio, que si no pasamos a Austria y ahí toca pagar otra fockin' vignette diferente. Le doy las gracias y pago el caldo, y al poco viene detrás nuestro a vendernos un botiquín de primeros auxilios que, según él, es obligatorio en Austria y Eslovenia. Me suena que es así, de hecho una vieja BMW que tuve llevaba uno, y al final se lo compramos. En ningún momento del viaje nos lo han pedido, a lo mejor porque no nos han parado :D pero si planeaís un viaje por aquí es una cosa más a verificar.

Rodando entre impresionantes montañas dejamos la autopista y entramos en Eslovenia sin tener la sensación de hacer nada especial, ya que ni control de pasaportes, ni cambio de moneda... cosas del espacio Schengen. En la primera gasolinera que encontramos, esta vez sí, tienen la fockin' vignette, 7 € para una semana.

Por fin en Eslovenia! Y con la fockin' vignette !!

Estiramos las piernas un poco, Pilar aprovecha para hacer unas cuantas fotos, y luego seguimos ruta, atravesando Kranjska Gora (espectaculares montañas) por una bonita nacional que empalma con la autopista que viene de Austria después de atravesar lo que parece un pedazo túnel impresionante. Enseguida llegamos a Bled y entre el GPS y un poco de ojo llegamos al B&B (Rooms Stojanovic) donde nos recibe la propietaria, Janja (léase "Iania"), una señora encantadora que me recordaba a mi abuela y que se portó como tal. Dejamos los bártulos en la habitación, espaciosa y con balcón, y nos dirigimos con la moto al famoso lago de Bled, que está muy cerca. Al llegar nos quedamos con la boca abierta, el paisaje es de cuento de hadas.

El primer lago de Bled, Blejsko jezero.


El castillo del lago de Bled

Comemos un bocata en una terraza, con la suerte de coincidir con el mano a mano Márquez-Rossi en el GP de Cataluña, no se puede pedir más :D Luego vamos a dar un paseo; alrededor del lago hay un caminito muy bien marcado que te permite recorrerlo tranquilamente. También hay un carril bici y todo está limpio y ordenado, da gusto. Volvemos a la moto para acercarnos al segundo lago de Bled, Bohinjsko jezero, menos conocido y más agreste. Por el camino nos cruzamos con muchas motos, se nota que es domingo y hace buen tiempo. La carretera es revirada y divertida, serpentea entre boscosas montañas y en unos 25 kms llegamos. Aquí hay mucha menos gente, aparco la moto y bajamos hasta la orilla del lago atravesando el bosque, donde descubrimos una culebra marrón, como de metro y medio, que, molesta por nuestra interrupción, se aleja serpenteando :D la seguimos un poco y luego la dejamos tranquila, volviendo al lago, donde una familia local se entretiene con un par de canoas. El paisaje es impresionante, irradia calma y majestuosidad. No puedes menos que callarte y admirarlo en silencio, y así permanecemos un rato.

Bohinjsko jezero, el segundo y menos conocido lago de Bled

Volvemos a la moto y sufrimos el primer percance del viaje: pierdo una de las palomillas del soporte de la cámara. Al ir a ponerlo, lo aflojo demasiado y el muelle, al descomprimirse, hace saltar las piezas. Recuperamos todo menos la fockin' palomilla y, después de una búsqueda infructuosa y el consiguiente cabreo conmigo mismo, lo damos por imposible. A la entrada del segundo lago hay una cabaña-bar con terraza y un montón de motos aparcadas delante, así que paramos a tomar un trago que nos baje el cabreo. Luego seguimos hasta el B&B, metemos la moto en el garaje, nos damos una ducha y descansamos un poco.

Con las indicaciones de Janja salimos a pie a cenar, no sin antes darnos un paseito alrededor del lago, que está espectacular al anochecer.

El lago de Bled al anochecer

La cena, una especialidad local muy bien vendida por el simpático camarero (aquí todo el mundo habla un más que aceptable inglés) es deliciosa y nada cara, y eso que estamos en una terraza con una preciosa vista sobre el lago. Otro paseito para bajar la cena y volvemos al B&B, cansados pero satisfechos y contentos. Hasta el momento todo va bien (salvo la fockin' palomilla), Eslovenia es precioso y sus gentes, encantadoras. Ah, y hace buen tiempo, ¿qué más se puede pedir?

Hotel: Rooms Stojanovic, Finžgarjeva cesta 23a, Bled, 4260
Precio : 45€ la hab. doble más el desayuno (no recuerdo cuanto fue pero poca cosa)
Puntos + : Cerca del lago (se puede ir a pie), garaje cerrado para moto (2 a lo sumo), agradables y serviciales, WiFi
Puntos - : ninguno

Txarly

Os pongo también un enlace al video de la entrada a Eslovenia. Es el primero que edito, y encima con la birria del Movie maker, así que no espereís nada espectacular (y sed benevolentes, porfa) Al menos sirve para que veaís el paisaje.

https://www.youtube.com/watch?v=m2GERQ62IQo&feature=youtu.be

titopulo

joer que guapo y que envidia de la buena tio,uff llevo el parquet rayau,jajajajaj,mas mas ................

jaem

"No hay lugar en el mundo
donde mi imaginación
no me pueda llevar"

Txarly

Día 3: Bled - Ljubljana (55 kms)
http://www.viamichelin.fr/web/Itineraires?strStartLocid=31NDIxOTcxMGNORFl1TXpZMk5qaz1jTVRRdU1UQTROVEU9&strDestLocid=31NDIxY2sxMGNORFl1TURVeE5UST1jTVRRdU5UQTFPRFU9&intItineraryType=1&caravaneHidden=false&vh=CAR&strVehicle=0&itineraryCarType=0&itineraryFuelType=0&isFavoriseAutoroute=false&isAvoidPeage=false&isAvoidVignette=false&isAvoidLNR=false&isAvoidFrontiers=false&dtmDeparture=12%2F08%2F2014&distance=km&devise=1.0|EUR&indemnite=&carbCost=1.6&autoConso=6.8&villeConso=6&routeConso=5.6

Lo de hoy ni siquiera es etapa... es un paseillo. Janja nos prepara un delicioso desayuno y nos echa una mano a rebuscar en el taller de su marido, a ver si encontramos algo para sustituir la fockin' palomilla, aunque no hay suerte. Nos despedimos de ella y, antes de salir, hacemos una foto recuerdo a la entrada de su casa. Nuestro esloveno va mejorando, ya sabemos decir "habitación" (sobe), "gracias" (hvala) y "buen día" (dobro dan)

Sobado en el sobe

Nos ponemos en marcha y enseguida salimos a la autopista, que recorremos tranquilos al tener la fockin' vignette pegada en el baúl. El día está algo fresco y cubierto pero parece claro que no lloverá, y la autopista está en perfectas condiciones. De repente nos topamos con señales y pintura en el suelo que indican que camiones y buses deben coger los carriles de la derecha y vehículos ligeros los de la izquierda, así que obedezco, para descubrir con sorpresa que camiones y buses tienen que parar en unas cabinas de peaje convencionales, mientras que nosotros rodamos libres como el viento... y me pregunto que pasaría en España (o Francia, o Italia) si hiciesen lo mismo... :D

La app de navegación ´Navigator´ nos guía con precisión y enseguida llegamos a la capital, Ljubljana, donde me dejo llevar por el GPS hasta la misma puerta del B&B Atticus. Luego descubriría que habíamos cruzado el río Ljubljanica por el puente de los dragones, pero en el momento no pude más que maravillarme de cómo la tecnología nos facilita la vida... recuerdo los primeros viajes en moto, mapa en ristre hecho un gurruño preguntando a los paisanos del Berlín oriental que, naturalmente, no hablaban ni papa de inglés... Breve parada para confirmar destino y, tras hablar con la simpática muchacha de recepción, metemos a la Espe en el patio interior, junto a dos Harleys suizas.

Aún es pronto para ocupar la habitación, pero no hay problema: nos dejan cambiarnos y dejar nuestros trastos en una habitación que usan como almacén y donde otros huéspedes han hecho lo mismo, a juzgar por el equipaje que hay en un lateral. De manera que nos cambiamos y salimos a descubrir Ljubljana.

La Espe con la fockin' vignette y dos Harleys suizas

Según cuentan los locales, la ciudad la fundaron Jasón y sus míticos argonautas tras haber encontrado el famoso vellocino de oro. En el viaje de vuelta pasaron por allí y, ya que estaban, dieron muerte al monstruo que aterrorizaba la región, el dragón de Ljubljana. Sin duda una bonita leyenda, pero el hecho es que el dragón es el símbolo de la ciudad y te lo encuentras en el escudo y la bandera de la ciudad y, como no, un poco por todas partes.

Pilar y uno de los dragones del puente homónimo

Ljubljana es muy centroeuropea, todo muy limpio y pulcro (ni un papel, ni una caca de perro) y con gente muy agradable. Merece la pena descubrirla despacio, fijándose en los detalles como adornos de fachadas, algunos muy al gusto vienés, o la decoración de las tiendas. Luego descubres la catedral, con sus frescos barrocos en el techo y su portalón de bronce fundido, los diversos puentes que cruzan el río: el de los dragones, el famoso puente triple, el de los carniceros... y un sinfín de lugares que te sorprenden agradablemente.

Interior de la catedral


Músicos callejeros en el puente triple. Al fondo, el castillo

Decidimos subir al castillo utilizando el moderno funicular, para ganar tiempo. Lo que fue el patio de armas ahora está parcialmente ocupado por la terraza de un bar-restaurante y unos cuantos turistas pululamos por en medio, yendo de edificio en edificio, algunos restaurados con mejor gusto que otros pero todos en muy buen estado. Subimos a la torre y a medio camino asistimos a un pequeño video que cuenta la historia del castillo en inglés con doblajes a varios idiomas mediante audioguías con auriculares. Pedimos español pero resulta ser un doblaje sudamericano de pésima calidad y enseguida lo dejamos para concentrarnos en la versión inglesa. Luego subimos hasta lo alto de la torre por una estrecha e ingeniosa escalera metálica de caracol de doble hélice, dispuesta de modo que subes por una espiral y bajas por otra, evitando así atascos, aunque ambas suban (y bajen) por dentro de la misma torre.

Panorámica de Ljubljana desde la torre del castillo

Salimos del castillo y bajamos a pie a la ciudad, aunque hay tramos donde el camino es tan empinado que casi hace falta una cuerda para bajar... luego degustamos unas especialidades locales en un restaurante junto al río y, para hacer tiempo hasta la hora en la que teóricamente podemos ir a nuestra habitación del B&B, nos tomamos un helado y acabamos bromeando con el camarero, que posa gustoso para una foto. Después, ya con la hora cumplida, volvemos al B&B donde, esta vez sí, podemos subir a la habitación. Recuperamos los trastos y los subimos no sin esfuerzo, ya que, haciendo honor a su nombre (Atticus), las habitaciones, abuhardilladas, están en el 4º piso y no hay ascensor. El edificio es un antiguo colegio femenino reconvertido, y se nota en las plantas que vamos dejando atrás según subimos. Las habitaciones, por el contrario, han sido modernizadas y están bastante bien, aunque mas tarde descubriríamos que del desague de nuestra ducha salía un mal olor algo molesto. Mientras Revoltosa se ducha yo bajo, previa petición de permiso y unos cartones para no manchar, a engrasar la cadena. Al acabar los tiro a un contenedor de reciclado de papel; está todo tan limpio que me daría vergüenza dejar una mancha...

Luego de ducharnos y descansar un rato, salimos a pasear por la ciudad e intentar identificar los puntos interesantes del mapa que nos han dado en la oficina de turismo. Ya de paso, nos vamos fijando en los restaurantes para ver donde cenar; intentamos evitar los sitios excesivamente turísticos ya que no sólo no suelen ser buenos, si no que además, tienden a clavarte.

En el puente de los carniceros

Al final cenamos en restaurante pequeñito pero acogedor, algo apartado del centro pero correcto en precio y calidad. De vuelta al hotel, le explico a la muchacha de recepción (que no es la misma que por la mañana pero es igual de simpática) mi problema con la fockin' palomilla y, tras consultarlo en internet, me da la dirección de una tienda de bricolaje en las afueras, ya que al parecer, en el centro de la ciudad no va a ser posible. Tras comprobar que me pilla prácticamente de camino en la ruta de día siguiente, hacia Maribor y Ptuj, programo el navegador y agradezco a la chica su ayuda. Aprovechamos para pedir un desayuno tempranero, mañana hay más distancia a cubrir y hay que contar con la parada en la tienda de bricolaje.

Hotel: B&B Atticus, Poljanska cesta 6, Ljubljana, 1000
Precio : 70€ la hab. doble, desayuno incluido.
Puntos + : En pleno centro, parking para motos, muy agradables y serviciales, WiFi
Puntos - : Algo caro, mal olor en la ducha (entiendo que es un problema puntual, lo avisamos en recepción y parecían preocupados y avergonzados por ello)

Diver

Preciosa, Lubljana, qué recuerdos. Tiene pinta de que os vais a mojar...  :paraguas:

Para el que vaya de cámping, a un kilómetro del centro de Lubljana hay uno muy bueno. Claro que cuando estuve yo estaba nuevecito.

Sigue, queremos más.  :drink5:

Txarly

#16
En efecto, el cielo estaba cubierto, pero los dioses nos sonrieron; la única lluvia que nos pilló rodando en todo el viaje fue la del primer día, por suerte. Aunque vayas preparado, siempre es un engorro.
Estuvo cubierto sin lluvia hasta entrar en Croacia, que empezó a despejar. En Senj tuvimos tormenta al final del día, cuando ya estábamos en el apartamento, pero ya llegaremos a eso a su debido tiempo...

V's

Txarly

Día 4: Ljubljana - Maribor - Ptuj (156 kms)
http://www.viamichelin.fr/web/Itineraires?strStartLocid=31NDIxOTcxMGNORFl1TXpZMk5qaz1jTVRRdU1UQTROVEU9&strDestLocid=31NDIxOTcxMGNORFl1TXpZMk5qaz1jTVRRdU1UQTROVEU9&intItineraryType=1&caravaneHidden=false&vh=CAR&strVehicle=0&itineraryCarType=0&itineraryFuelType=0&isFavoriseAutoroute=false&isAvoidPeage=false&isAvoidVignette=false&isAvoidLNR=false&isAvoidFrontiers=false&dtmDeparture=13%2F08%2F2014&distance=km&devise=1.0|EUR&indemnite=&carbCost=1.6&autoConso=6.8&villeConso=6&routeConso=5.6

Nos levantamos pronto y desayunamos solos en un cuartito donde nos han dejado todo preparado; hay hasta bollería del día, un detalle. Ya vamos cogiendo los automatismos del viaje y enseguida está la moto cargada y todo en orden de marcha. El susto del día es que no encuentro el adaptador de toma de mechero ni el cable para alimentar el móvil, empezamos mal. Pido la llave y subo a la habitación a buscarlo, pero nada. Espero que esté en mi maleta, porque si no el viaje se complica, hay que ver lo pronto que se acostumbra uno a lo bueno. En fin, ya veremos, de momento vamos a ver si solucionamos lo de la fockin' palomilla. Tirando de GPS llegamos a la tienda de bricolaje, que resulta ser un OBI, una cadena alemana de materiales de construcción, de dimensiones ciclópeas (http://www.obi.si/si/trgovine/slovenia/OBI_772_LJUBLJANA/index.html)
Aparco la VFR, que parece una vespino al lado del enorme pabellón, y mientras penetramos en las entrañas del monstruo, veo inacabables hileras de estanterías repletas de los más variopintos objetos, y todo perfectamente etiquetado... en esloveno. Trago saliva con dificultad, no va a ser fácil, menos mal que dispongo un arma secreta. En vez de perderme entre los estantes, donde supongo que encontrar algo que nos sirva puede ser una tarea que deje en niñerías los siete trabajos de Hércules, me dirijo al mostrador de información. Los miembros del personal allí presentes ya han reparado en nosotros, cosa normal, dado que con nuestros disfraces de moteros y la cara de guiris despistados resultamos algo sin duda inhabitual. Decido usar mi arma secreta: me dirijo a la empleada que tengo más cerca y, mirándola diréctamente a los ojos y con la más seductora de mis sonrisas, pronunciando despacio le digo... "Dobro dan, do you speak english?"

No obtengo respuesta verbal, la mujer me sonríe y me hace gestos de esperar mientras se vuelve y habla con otro empleado, que afirma con la cabeza y se va. A los pocos minutos llega un tercer empleado que, este sí, habla inglés bastante decentemente, lo suficiente como para preguntarnos de dónde somos y cachondearse (muy amablemente, eso sí) del ridículo de la selección de fútbol. Después de enseñarle el soporte y explicarle el problema, y tras reflexionar unos segundos, nos guía por el dédalo de estantes, rebusca en uno de ellos y saca un tornillo con su correspondiente palomilla que, aunque no encajan exactamente en el hueco (el tornillo original es de métrica americana, me explica) sirven perfectamente para sacarnos del apuro. Nos acompaña de vuelta por el laberinto de estantes hasta el mostrador, le da las referencias a su colega y se despide deseándonos buen viaje, un encanto de hombre. Costo total de solucionar lo de la fockin' palomilla, 20 minutos y 1,56 €

Resuelto el problema, pongo la cámara en posición y nos ponemos en marcha dirección Maribor, cerca de la frontera austro-húngara, al noreste del país. La autopista está en muy buenas condiciones y pasamos entre montes y colinas cubiertas de frondosos bosques; da la impresión de que toda esta parte del país es un sólo bosque, enorme. El día está como el anterior, algo fresco y nublado, pero sin amenaza de lluvia, y rodamos tranquilos a ritmos legales; Eslovenia es pequeño y no hay necesidad de correr. Voy sin navegador para ahorrar batería, y así entramos en Maribor, siguiendo los carteles de "Centro ciudad". Cruzamos el puente de Tito sobre el río Drava y aparcamos junto a lo que parece la plaza principal. Atamos los cascos a la moto y recorremos Maribor; la orilla del río es obviamente la zona de copas, aunque a casi la hora de comer no se puede decir que haya mucha animación. Lo que parece claro es que la va a haber; grupos de currantes se afanan en montar un escenario de madera junto a un antiguo molino en la orilla del río. Todo está igual de limpio que en Ljubljana, aunque aquí hay un aire un poco menos cosmopolita, se nota que no estamos en la capital. Aún así hay algunos edificios y plazas interesantes.

Monumento a los muertos por la peste en Maribor

Comemos en una terraza donde vemos bastante clientela local; la comida es buena, abundante y barata. Estiramos las piernas un poco para bajar la comida y volvemos a la moto para dirigirnos al punto final de hoy, un pueblo con nombre de escupitajo: Ptuj. Está cerca, así que pongo el navegador, que nos lleva por la nacional hasta la misma puerta del hotel. Un cartel indica su presencia, pero aquello parece un chalet normal, así que nos bajamos a investigar. Tras cruzar la puerta de una verja entramos en un patio donde un gato sestea plácidamente, ajeno a todo. Una mujer mayor sentada en una silla nos mira y, medio incorporándose, llama a voces a alguien. Un hombre de unos treintaytantos aparece, nos sonríe y con un pésimo inglés nos pregunta si somos nosotros los de la reserva. Le decimos que sí y, sonriendo aún más (si cabe) llama a la que luego supimos es su mujer y cambia al italiano, explicándonos que como somos los únicos huéspedes, nos van a dar la mejor habitación. La mujer habla mejor inglés, y mientras cumplimos las formalidades, nos explica que su madre va a mover el coche para que podamos meter la moto en el patio y que pueden organizarnos el desayuno a 3 € por cabeza, pero que ellos invitan a café y bollería a sus huéspedes, así que es cosa nuestra si queremos un desayuno completo. La habitación resulta ser casi un apartamento, pues tiene una cama de matrimonio y una normal, un cuarto de baño y, aparte, otra habitación con dos camas y un balcón desde donde se ve en castillo de Ptuj. Un lujazo.

Aclarar que, al deshacer el equipaje, encontré el adaptador de toma de mechero y el cable de alimentación del móvil en un lateral; suspiro de alivio y nota mental: dejarlo siempre en el mismo sitio, el tercer bolsillo de la mochila. Con la moto ya en el patio y descargada, nos damos una ducha, nos cambiamos y salimos a visitar Ptuj. Estamos en las afueras, pero Ptuj es pequeño y enseguida llegamos. Lo único malo es que hay que cruzar una carretera con bastante tráfico y, aunque hay un paso de peatones, conviene tener cuidado... Enseguida llegamos a la orilla del Drava (si, el mismo río que en Maribor), y Ptuj se despliega ante nuestros ojos en la orilla de enfrente. La arquitectura es muy centroeuropea y es evidente que cuidan el conjunto. Han tenido el buen gusto de construir un puente peatonal alejado del de tráfico rodado, y en la orilla hay un agradable paseo entre el río y un parque.

Vista de Ptuj desde el puente

Cruzamos el puente sin fijarnos mucho, aunque más tarde lo bautizaríamos como "puente de las arañas", luego os cuento por que. Recorremos las calles de Ptuj y subimos al castillo, desde donde hay una bonita vista de la ciudad, con el río y su lago detrás.

Panorámica de Ptuj desde el castillo

Luego de patear Ptuj decidimos descansar y tomar unos capuccinos en un bar regentado por una simpática muchacha. Los cafés estaban tan bien presentados que daba pena bebérselos.

Bonitos capuccinos

Después de darnos un agradable paseo por la orilla del rio volvemos al hotel a descansar un poco y, de paso, sugerencias de dónde cenar. Decidimos ir al cercano 'Gostisce pri Tonetu' (Zadruzni trg 13, Ptuj 2250) de cocina eslovena, donde nos atendieron a la antigua usanza, poniendo la sopera en la mesa y cada cual que se sirva lo que quiera. Los platos eran sabrosos, abundantes y nutritivos. En resumen, que nos pusimos 'moraos' por poco dinero y no quedó más remedio que darse un buen paseo para bajar la cena. Al volver al puente peatonal, ahora ya de anochecida, vimos que las barandillas incorporaban luces por debajo del pasamanos, supongo que para no cegar al viandante. Ya se sabe que las luces de noche atraen a los insectos voladores, y las arañas locales se han aprendido el truco y tejen sus redes en la barandilla. Y les va muy bien, porque están gordas y lustrosas; en ningún sitio de Europa he visto yo tanta araña gorda junta, es realmente impresionante, de ahí que lo bautizáramos como "puente de las arañas".

Hotel: Hostel Sonce, Zagrebska 10 Ptuj, 2250 Slovenija
Precio : 50€ la hab. doble, pseudo-desayuno incluido.
Puntos + : A 10 min. a pie del centro, parking para motos, extremadamente agradables y serviciales, WiFi
Puntos - : Para ir al pueblo hay que cruzar una carretera con bastante tráfico

Herian

Pues uno más que tienes enganchado a la crónica.
Deseando que lleguen las próximas entregas

Txarly

Día 5: Ptuj - lagos de Plitvicka, Croacia (238 kms)
https://www.google.es/maps/dir/Ptuj,+Slovenia/Plitvi%C4%8Dka+Jezera,+Croatia/@45.6283573,15.3955151,9z/data=!4m14!4m13!1m5!1m1!1s0x476f669e5ce0430d:0x400f81c823ff4b0!2m2!1d15.8696884!2d46.4199535!1m5!1m1!1s0x47616784a5c87ea9:0x400ad50862bc3b0!2m2!1d15.6210837!2d44.8807696!3e0

Nos levantamos temprano; hoy hacemos algo más de ruta y nos despedimos de Eslovenia para pasar a Croacia. Al final no habíamos encargado desayuno completo, pero nuestros atentos huéspedes, fieles a su palabra, nos invitan a café y bollería recién hecha, aún caliente. Viviendo en Francia uno se hace algo exigente en lo que respecta a croissants; pese a ello, los de Ptuj no estaban nada mal. Así que empaquetamos y cargamos la moto, nos despedimos de nuestros anfitriones y nos ponemos en marcha. El navegador nos mete por un par de carreteras que resultan estar cortadas por obras, pero a la tercera ya conseguimos pasar con una mínima pérdida de tiempo y ponemos rumbo al sur, hacia la frontera croata. El tiempo acompaña, empieza a despejar y la temperatura es agradable, y el paisaje ha cambiado, ahora son suaves colinas boscosas alternando con llanuras cultivadas, sobre todo maíz; lejos quedan ya los agrestes alpes. La nacional está en buen estado y hay poco tráfico, y enseguida llegamos a la frontera croata.

Esto ya no es espacio Schengen, aquí si te controlan, o eso imagino. Llevo preparada toda la documentación: papeles de la moto, seguro, carnet de conducir, pasaportes de ambos; de hecho, lo he metido todo en un bolsillo de la chupa y me hace un bulto molesto. La frontera parece un peaje más de la autopista, pero uno no puede menos que sentir un cierto temor reverencial cuando se acerca, nunca sabes cómo de bordes se van a poner. Apenas hay un par de puestos abiertos donde un funcionario con expresión aburrida se limita a extender la mano gruñendo algo que interpreto como "pasaportes". Al ir a sacarlos del bolsillo se atascan con los otros papeles y tardo un poco en extraerlos, lo que hace que el funcionario me increpe, impaciente. Le pongo los pasaportes en la mano, los abre, los mira sin verlos, me los devuelve y con un gesto displicente de la mano me hace entender que puedo pasar. Me dan ganas de gritarle "¿Eso es todo? ¿Para esa mierda de control tanta mala leche?" pero me muerdo la lengua; estamos de vacaciones y dudo que sea una buena idea cabrear a un guardia fronterizo croata. Así que avanzamos, saboreando esa excitación que te da el entrar en un nuevo país. Adios, Eslovenia, gracias por todo. Estamos en Croacia, uau.

Nuestra primera preocupación es hacernos con moneda local, y como nada más pasar la forntera hay un edificio-barracón donde pone algo de cambio, paramos a ver, junto con una banda de moteros austríacos que están dejando el duty-free sin existencias de whisky. La oficina de cambio está cerrada, así que estiramos un poquito las piernas, lo justo para desentumecer un poco el trasero, y seguimos ruta. En Croacia no hay fockin' vignette, se paga en cada peaje, como en España, así que cogemos la A2 rumbo sur, sonriendo al sol que es cada vez más visible. Paramos a repostar cuando toca, aquí deberíamos poder pagar con la tarjeta de crédito sin problemas, pero lo compruebo por si acaso, y de paso, miro a ver si hay un cajero automático. El chico de la gasolinera me explica que más adelante, a unos 30 kms, hay un centro comercial y que allí encontraremos cajeros, y que no puedo dejar de verlo, de modo que damos de beber a la Espe y seguimos, dirección Zagreb. El paisaje sigue siendo de colinas boscosas, algunas de ellas las atraviesa la autopista con modernos túneles (mucho mejores que el de Tende que cruzamos hace 4 días -sólo, que lejos parece eso ya...-) que poco a poco ceden paso a grandes llanuras cultivadas. Al rato vemos en medio del llano una extensa estructura de cemento y acero pintado de rojo, y al acercarnos, pues se halla junto a la autopista, inmediatamente después de un peaje, vemos un cartelón anunciando "This is a tax-free zone". No puedo evitar sonreír al recordar las palabras del chico de la gasolinera, "you cannot miss it", pues, en efecto, habría que ver menos que un gato de escayola para no ver semejante monstruosidad.

El monstruoso centro comercial

El centro comercial tiene su propia entrada, que tomo tras consultar con Pilar, mi sufrida pasajera, y paramos y entramos. Son poco más de las 10 de la mañana y no hay un alma, aunque todos los locales están abiertos y por dentro no se diferencia en nada de cualquier otro centro comercial. Deambulamos un poco al azar pero no vemos cajeros y acabamos preguntando en un mostrador de información, donde nos dirigen convenientemente. Una vez repleta la cartera de kunas respiramos tranquilos; algunos hoteles croatas dejan bien claro que no admiten tarjetas de crédito y que hay que pagar en efectivo y queríamos evitar situaciones incómodas.

Seguimos ruta, dejando atrás Zagreb y avanzando por la A1 dirección sudoeste y a la altura de mi ciudad, Karlovac :D, dejamos la eficaz pero aburrida autopista para coger la nacional 1. Contorneamos la ciudad que no parece presentar ningún atractivo pero tampoco es que sea fea, simplemente es anodina. Cruzamos el río Kupa, el paisaje es ahora abiertamente llano y el sol brilla, empieza a hacer calor. Dejando atrás a nuestra izquierda la ciudad, las dos vías de la circunvalación pronto convergen en una sola y enseguida la nacional desfila bajo nuestros pies. Aunque las casas y los edificios en general están en buen estado, muy de vez en cuando te encuentras alguna ruina acribillada que te recuerda los violentos episodios del pasado; concretamente, algo después de Karlovac hay una especie de museo junto a un edificio en ruinas y tanques, vehículos y aviones militares expuestos al aire libre.

Buscamos algún bar de carretera para beber algo, el sol empieza a apretar y, además, nos vendría bien un descanso. Tras un par de tentativas fallidas (locales cerrados), encontramos un bar con buena pinta que ha sido ya ocupado por otra panda de moteros austríacos, y al bajarnos de la moto descubrimos por qué: hay una barbacoa croata que huele tan bien como pinta y que nos recuerda que el desayuno queda lejos ya... y en otro país ;) Aún así decidimos comer más adelante, aún no son ni las 12, de modo que nos contentamos con beber un refresco y descansar un poco mientras los camareros sirven unas raciones pantagruélicas a los austríacos, que nos saludan con gestos entre bocado y trago de cerveza.

Barbacoa croata, nada como una comidita light

El navegador indica que falta poco a destino y va siendo hora de comer, de manera que nos fijamos en los locales abiertos junto a la carretera. Abundan hoteles, apartamentos y sobes ;) así que debemos estar cerca ya. El paisaje sigue siendo boscoso pero ahora es más abrupto y de roca caliza, y al cruzar un pequeño viaducto sobre el río Korana empieza a apuntar una garganta. Con un ojo en el navegador y otro en la carretera, cuando llegamos a la altura del desvío al hotel voy más rapido de lo prudente para girar (además hay que cruzar y, al estar en curva a izquierdas hay mala visibilidad) de modo que prefiero no arriesgar, pasar de largo y buscar donde dar la vuelta. En buena hora. Unos pocos cientos de metros más adelante veo otra entrada hacia un sobe, el de Rastovaca, así que pongo intermitente a izquierdas, aminoro y me abro a la derecha para dar media vuelta. A nuestra derecha el bosque se abre y al mirar me quedo con la boca abierta; a nuestros pies se despliega una espectacular garganta de paredes verticales y boscosas, y en medio un río de medianas proporciones salta formando una serie de vistosas cascadas. Rápidamente aborto la maniobra y, en vez de dar media vuelta, paro la moto al otro lado de la carretera mientras aúllo por el interfono "¿Has visto eso? ¡¡Vaya pasada!!". Acabamos de descubrir Plitvicka Jezera, y a Pilar le falta tiempo para cruzar, cámara en ristre, la carretera y bajar al pequeño mirador que hay unos metros más abajo, desde donde hizo, entre otras, la siguiente foto:

Parque de los lagos de Plitvicka, declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO

Aquello tiene una pinta fabulosa, de modo que volvemos al hotel a tomar posesión de nuestra habitación y cambiarnos, estamos deseando comer algo rapidito e ir a patearnos el parque. Al llegar al hotel un cachorro viene juguetón a olfatearnos y casi nos tira de la moto, pero aparte de eso no hay ningún problema. Los dueños no están y un currito nos muestra la habitación, explicándonos que no sirven comida hoy, pero que cena sí, de modo que decidimos retroceder unos pocos kilómetros para comer en uno de los restaurantes que hemos visto al pasar, en vez de aventurarnos hacia delante sin saber lo que puede haber.

La Espe a la puerta de la Pansion Krizmanic

Volvemos pues hacia Rakovica y comemos unas ensaladas en un 'restoran' (no doy detalles porque no fue gran cosa) que estaba prácticamente vacio y donde nos atendió con poco interés una muchacha rubia. Pasado el trámite alimenticio pudimos, por fin, ir a descubrir el parque.

Atravesando un bosque espectacular (al decir de Pilar, "parece el bosque de Caperucita") llegamos a la primera entrada, donde unas barreras automáticas para acceder al parking (de pago) nos hacen dudar y decidimos probar suerte en la segunda entrada, un poco más adelante. Al llegar encontramos el mismo tipo de barreras, pero esta vez un joven desde la caseta nos hace señas de pasar por un lateral, esquivándolas, y eso hacemos, agradeciéndoselo con un gesto. Más tarde descubriríamos que las motos no pagan aparcamiento.

En la cabaña donde compramos las entradas te explican que hay una serie de recorridos posibles y que escojas el más apto a tu condición física y/o tiempo disponible. Hay un mapa enorme del parque cn los distintos itinerarios marcados y está todo muy bien explicado y señalizado. Sólo tenemos la tarde, de modo que escogemos un itinerario corto y, luego de cruzar la carretera, el camino atraviesa el "bosque de Caperucita" :D y desciende hasta la orilla de un pequeño lago, donde un barquito nos lleva a la otra orilla.

Embarcadero de inicio del recorrido

Allí subimos a un segundo barco, algo más grande, que cruza el lago a lo largo y nos permite disfrutar del fabuloso panorama. Una vez desembarcados, caminamos siguiendo el curso del agua, que es una sucesión de cascadas y pequeños lagos, a cual más bonitos, hasta llegar a la gran cascada.

Barco cruzando el lago

El camino está muy cuidado, con pasarelas de madera (bien mantenidas) cuando hay que vadear alguno de los abundantes cursos de agua, que abunda, o al menos lo hacía en la época en la que fuimos. Por un momento recuerdo a la familia de beduinos jordanos del Wadi Rum que nos alojó en su jaima un par de noches y sonrío al imaginar la cara que pondrían si viesen semejante derroche de agua y verdor, ellos cuyo mundo se compone casi exclusivamente de piedras y arena... decididamente, el mundo está mal repartido.

Panorámica de cascadita con bicho peludo

Los salpicones nos obligan a apartamos de la gran cascada y deshacemos el camino mientras las nubes son cada vez más abundantes y amenazadoras. Hay bastante gente, mucho japonés con la indispensable cámara haciendo fotos a mansalva, así que supongo que en temporada alta aquello debe de ser una auténtica romería. Una vez en el parking nos tomamos un refrescos mientras comentamos la belleza del lugar, revisamos las fotos y lamentamos no disponer de un día más para seguir recorriendo los fabulosos paisajes que atesora el parque. Si pasaís por aquí y os gusta el monte, quedaros un par de días, merece la pena.

Si quereís más información del parque, la teneís aquí (en inglés) http://www.np-plitvicka-jezera.hr/en/

El resto de la jornada fue sencillo: vuelta al hotel, donde degustamos una fantástica cena para reponer fuerzas (y con cerveza, que no toca conducir hasta el día siguiente). Conocimos al propietaro, un croata de unos 40 años (no recuerdo su nombre) con muy buen inglés y muy alegre, aunque estaba algo desbordado porque tenían el comedor lleno hasta los topes. Como anécdota, cuando aparcamos la moto junto a las mesas de su terracita exterior, vino a interceptarnos con cara de "¿estos a dónde van?" hasta que aclaramos que erámos sus huéspedes esa noche, y su ceño fruncido se convirtió en una amplia sonrisa. El servicio fue algo lento y con algún error, sin duda por el exceso de clientela, pero el dueño vino a disculparse y se hizo perdonar con unos chupitos de slivovitza. Nada que objetar.

Hotel: Pansion Krizmanic, Rastovaca 4, Rastovaca (Plitvicka Jezera), 53231, Croacia
Precio : 400 HRK (52,2€) la hab. doble, desayuno incluido.
Puntos + : A 500 mts. de la entrada 1 al parque de los lagos, muy agradables y serviciales
Puntos - : La WiFi no funcionaba