Día grande en casa de los Espargaró

[Voyager]

PROTAGONISTAS DEL GP DE INDIANÁPOLIS

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Tuvo que ser en Indianápolis, templo de la velocidad, durante la celebración del Centenario de esa mítica pista, inaugurada hace ahora 100 años con una carrera de motos en la que fallecieron tres pilotos y decidieron que nunca más se correrían carreras de motos, donde la familia Espargaró, que vive para y por las motos, celebrase su día más glorioso.

Hasta allí se acercó papá Espargaró con sus dos muchachos, Pol, de 18 años, y Alex, de 20 años y 31 días (la precisión es importante porque el chico estableció un nuevo récord de precocidad en la categoría de MotoGP al debutar con esa edad), para que el pequeño ganase, por fin, su primer gran premio y el grande hiciese historia, no como paragüero de Pol, sino como el más joven en sumar puntos en la categoria reina del Mundial.

Ni que decir tiene que los tres machitos vivieron una semana gloriosa y que el corazón del padre será, en un futuro, el más codiciado de la ciencia, pues lo ha resistido todo. Aleix se cuidó de Pol y Pol corría al boxe de su hermano en cuanto dejaba aparcada su Derbi, la bala roja que volvió a ser gloriosa.

Los dos compartieron habitación, los dos disfrutaron del doctor House, los dos se pasaron el sábado por la noche fotografiando motos tuneadas y los dos lucieron, en sus éxitos, el dorsal 44, el del pequeño Pol. «Estoy más contento por lo de Pol que por mi debut en MotoGP», dijo Aleix, 13° en la carrera. «No veas, lo de Aleix tampoco es moco de pavo», suspiró Pol, que atribuye el éxito a la música máquina que escuchó en la parrilla de salida. «Esa música me puso a mil, porque otras veces salgo como atontado».
Equipo completo

Lo de Pol es un milagro a trazos, a cámara lenta. Detrás de ese éxito está Giampiero Sacchi, el jefe de Aprilia, que mantiene viva la marca Derbi en el Mundial; Karlos Arguiñano, que se ha jugado parte de sus ahorrillos para que al chico no le falte de nada; y Pere Gurt, un excelente periodista, que hace tiempo cuida de un buen puñado de pilotos y que, el domingo, subió al podio a recoger la copa como jefe del equipo ganador. «Ahora sí puedo confesarlo: tras 49 grandes premios, llegas a pensar que nunca ganarás. Pero cuando ganas, amigo, sabe a gloria», sentenció Pol, que logró el triunfo 330 de España en un gran premio y se convirtió en el español número 30 que gana una carrera.

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