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La Ruta 66.

Iniciado por Uve, Febrero 21, 2007, 07:50:26 PM

Uve



Un poco de Historia
Hace tiempo la Ruta 66 recorría más de la mitad de los Estados Unidos. Por casi medio siglo fue la principal ruta comercial y la mayor arteria turística hacia la costa oeste. Durante todos esos años, la Ruta 66 obtuvo cierto carácter místico, que aún se recuerda con cariño. Ya han pasado sus días de gloria y la mayor parte de la antigua ruta ha desaparecido, pero su nostálgica atracción aún continúa.



Antes del siglo 20, la Costa Oeste de los Estados Unidos estaba tremendamente aislada de la Costa Este y del Medio Oeste por grandes barreras de montañas, desiertos y terrenos desolados. Antes de que se terminara la construcción del ferrocarril transcontinental en el año 1867, era más rápido y más fácil navegar alrededor del extremo sur de América del Sur que tratar de viajar a través del país.



En los inicios del siglo veinte, era difícil y a menudo peligroso viajar de costa a costa. Las rutas pavimentadas en su mayoría terminaban en las Montañas Rocosas (Rocky Mountains), o en el borde de los desiertos del sur. El viajar más lejos a menudo implicaba navegar rutas sin señalizaciones, sin mantenimiento alguno, y a veces, hasta simples caminos de tierra. En todo ese recorrido había muy pocos servicios públicos o recursos para los viajeros.



Unos hombres de negocios de Oklahoma e Illinois decidieron que los Estados Unidos necesitaban una autopista intercontinental que conectara la Costa Este con la Costa Oeste. Naturalmente, pensaron que era conveniente que esta ruta pasara por los pueblos de los que ellos eran originarios: Springfield, Illinois y Oklahoma City. Hacia 1926, ya habían convencido al gobierno de los Estados Unidos del valor estratégico que tendría una ruta de este tipo, y finalmente se empezó con su construcción. La ruta no estuvo completamente pavimentada hasta 1938. La llamaron la Ruta 66.

La ruta 66 comenzaba en la costa del Lago Michigan, en Chicago, estado de Illinois, el gran centro metropolitano del extremo norte del gran valle agrícola del Río Mississippi, en el medio oeste. Chicago ya estaba bien conectada con las grandes ciudades de la costa este. Desde aquí, la ruta se dirigía hacia el sur, atravesando los estados de Illinois, Missouri y el borde de Kansas. En Oklahoma giraba hacia el oeste, atravesando el norte de Texas, Nuevo México y Arizona, hasta llegar finalmente a California. La Ruta 66 terminaba en Los Ángeles, en las playas de Santa Mónica.

La ruta tenía cerca de 2.400 millas (4.000 Km.) de largo. Conectaba muchas de las ciudades más importantes del Medio Oeste y del Sudoeste, como Springfield Illinois, St. Louis Missouri, Oklahoma City, Amarillo Texas, Albuquerque Nuevo Méjico y Flagstaff Arizona. También atravesaba muchos otros pueblitos y villas más pequeños.



La Ruta 66 rápidamente se transformó en el corredor este-oeste favorito de los camioneros comerciales como así también de los turistas. Esta ruta desviaba todos los cruces de montañas en las Rocosas, y tomaba dirección sur, lo que permitía el paso de tráfico durante todo el año

Los residentes de todas las áreas por donde pasaba la ruta 66, pronto descubrieron que este incesante flujo de motoristas necesitaría gasolina, comida, lugares donde hospedarse y entretenimientos a lo largo del camino. Así se levantaron miles de estaciones de servicio, restaurantes, cafés, bares, mercados, y atracciones turísticas. La ruta 66 obtuvo la fama de ser "el hotel o motel del conductor". Las atracciones al lado de la ruta incluían tiendas de regalos y recuerdos, puestos de intercambio indígenas, puntos con vistas panorámicas, zoológicos, museos, lugares históricos y exposiciones de fenómenos geológicos. Era común ver Tipis indígenas gigantescos, enormes estatuas de cowboys y otras estructuras de formas extrañas diseñadas para atraer la atención de los motoristas que pasaban por la ruta 66.



Durante los años '30, cuando la gran depresión económica atrapó al país, una sequía cayó sobre las regiones de campo del medio oeste. Murieron todas las plantaciones en Oklahoma, Kansas y Missouri, y la tierra agrietada se convirtió en polvo. El valle del Mississippi era llamado "tazón de polvo". Cientos de miles de granjeros y agricultores, en la ruina económica total, perdieron sus hogares, y cargaron sus pocas posesiones en autos o camionetas y se fueron hacia el oeste a buscar trabajo. Generalmente se los llamaba "Oakies", por el estado del que eran originarios. Muchos pueblos sobre la ruta 66 crearon campamentos o campos para motoristas, donde los pobres y desamparados viajeros podían dormir en su coche gratuitamente. La ruta 66 se convirtió en la ruta hacia la Tierra Prometida, California, donde siempre había sol, cosechas abundantes, y trabajos que pagaban bien. El autor americano John Steinbeck documentó esta migración en su novela "Las uvas de la Ira", y llamó a la ruta 66 "la ruta madre".



Recorrer la Ruta 66 en la actualidad
Actualmente lo recomendable es que limites tu exploración de la ruta 66 a la sección entre Flagstaff Arizona y Los Ángeles. En esa parte encontrarás los tramos más largos de la ruta original con un montón de atracciones en los alrededores. El Gran Cañón, Sedona, la Represa Boulder, Las Vegas, Barstow y el Desierto Mojave están cerca de la vieja ruta 66. Si quieres hacer este recorrido con estilo, alquila un Corvette o una motocicleta Harley Davidson en Las Vegas, vaya hasta Kingman, y recorre la vieja ruta madre.

Por toda la ruta se sitúan los elementos que la caracterizan, más pertenecientes al arte pop que a la historia académica: moteles con letreros de neón, tiendas de recuerdos, coches y motocicletas, gasolineras, cadáveres de viejos camiones, y una porción de los atractivos naturales que tiene el país: cuevas, cráteres, el Gran Cañón.



Se conservan muy pocos tramos originales de la 66, pero la "Calle Mayor de América" como la llaman allí, conserva todavía un gran significado. Es un recorrido para degustar el tiempo y el asfalto. Para alojarse en miserables hoteles polvorientos, detenerse en viejos cafés destartalados y gasolineras de pintura desconchada.

A lo largo de las autopistas del Sur de los Estados Unidos se van encontrando letreros que invitan a desviarse hacia tramos, más o menos importantes, que han sobrevivido de la vieja 66. La mayor parte del tráfico utiliza las vías modernas, dejando la ruta para los aventureros nostálgicos y los turistas.

No hay muchos lugares monumentales, a lo largo de la ruta. Chicago presenta los únicos edificios con valor arquitectónico de todo el recorrido, y en el aspecto histórico no hay mucho que ver fuera de algunos símbolos nacionales y otras curiosidades.

El Cadillac Ranch, en Texas, se considera uno de los mejores emplazamientos de arte industrial de los Estados Unidos. Está formado por una decena de Cadillac clavados boca abajo en un campo de trigo.


Estos son los paisajes por los que se desarrolla la trama de "Easy Rider", otro mítico filme que protagonizaron Dennis Hopper y Peter Fonda. Es quizá esta película la que mejor ha sabido recoger el sentido actual de la ruta.

La búsqueda de uno mismo, como en todas las grandes peregrinaciones, preside el rodaje por este asfalto sucio y falso. La reflexión interior y la búsqueda de los sentidos. Porque aparte de eso, no hay mucho más que ver.

El tiovivo de la película "El Golpe", que se conserva en Santa Mónica al final del recorrido, y la habitación en la que Clark Gable y Carole Lombard pasaron su luna de miel en 1941 son quizá los atractivos turísticos más importantes de la ruta.

Este último lugar, mitificado como sólo los americanos pueden hacer con las cosas insustanciales, se conserva en perfecto estado en un pequeño hotel de Oatman, un viejo pueblo minero ocupado casi permanentemente por fanáticos de Harley Davidson.

Muchos viejos bares de carretera, algunos de los cuales llegaron a convertirse en mitos en los viejos buenos tiempos, han desaparecido casi por completo en la actualidad. Algunos de los que mencionan las guías de turismo no son ya más que un pedazo desvencijado de su viejo cartel.

Pero también se conservan algunos hoteles, como el Rancho en Gallup o el Montevista en Flagstaff que permiten evocar los tiempos del lejano oeste.

El atractivo que conserva para el turismo le está permitiendo vivir un nuevo auge, con la reapertura de viejos moteles y bares anunciados por los característicos neones de los sesenta. La Ruta 66 es poco más que un recuerdo, pero ese es su mayor valor, casi el único.

Permite recorrer de lado a lado un enorme país conociendo a sus gentes, sus pueblos, su particular forma de ser. Permite recordar a los viejos escritores que con sus palabras nos hicieron viajar y soñar tantas veces.

Mirar hacia esas montañas, ese río o los campos verdes de trigo pensando que, quizá eso sí, es lo mismo que vieron ellos cuando estuvieron aquí. Hace tiempo que se perdió la posibilidad de hacer este viaje como debía ser hecho, pero en su lugar tenemos ahora otros lugares que todavía podemos recorrer.

Fuente:
http://www.lector.net/phyfeb00/kerouac.htm
COLORARIO: La dist más corta entre dos puntos, un montón de curvas.

Juanitovfr

si que es la ostia ya habia leido algo sobre este tema y la verdad es que tiene que ser una pasada hacer un viaje recorriendola ,saludos
Yo ya estuve en el lado oscuro

JAVI-SVQ

Hace ya algún tiempo en La Moto salió un reportaje de unos mendas q alquilaron Harleys y se hicieron la ruta. Comentaban lo mismo q al final del artículo, q esperaban otra cosa y q era un recuerdo de lo q fue. Pero el viaje no hay quien se lo quite...... :lol:  :lol:

V´ssssssssss
SALUDOS DESDE SEVILLA, CIUDAD DEL BETIS....